sábado, 28 de septiembre de 2013

Lienzo en blanco


Esas momentos... esos días... esas temporadas en las que simplemente no sabrías definir con certeza como te sientes... Esos momentos de cambios en los que cierras etapas y a la vez empiezas otras nuevas y simplemente contrapones a la tristeza un golpe de felicidad sin realmente saber si es suficiente como para estar feliz o simplemente como para no estar triste.

Esos momentos, en los que después de tanto ya tan siquiera tienes lagrimas para derramar y sentirte vacío te hace sentirte aun mas desafortunado.

Momentos en los que echas de menos cosas que jamás imaginarías que pudieses llegar a extrañar.

Creo que hay tiempo en el que al igual que hace la lluvia, simplemente nos toca dejarnos llevar mientras limpiamos con el tiempo las heridas  a las que sin darnos cuenta hemos ido poniendo absurdas tiritas que finalmente terminarían por caerse.

Cuando crees que tienes una gran muralla protectora y lo que en realidad esta ocurriendo es que ya no queda nada para proteger y por eso ya no te sientes a la defensiva, es en esos momentos cuando te fijas en que a tu alrededor nadie más parece haber notado todos los cambios que han ocurrido y que te han llevado a sentirte sin sentir.

El momento en el que llegas a intentar sentirte culpable por no sentirte triste, ni alegre cuando deberías sentirte de alguna de estas maneras pero te contradices porque tampoco estas seguro de estar sintiéndote culpable porque más bien no tienes medios para sentir ninguna de estas cosas.

Y al intentar echar la vista atrás buscando alguno de esos sentimientos que tan enérgicamente sentías, solo encuentras visiones borrosas que incluso te parecen ajenas.