Para poder llegar a hacer cosas drásticas sin retorno no se suelen medir las posibles consecuencias... la de gente a la que puedes perjudicar y dañar con tus actos.
Hay que ser egoístas y precipitarse como el suicida que no se piensa nunca dos veces lo que va a hacer, simplemente salta al vacío en la mayoría de las veces muriendo repentinamente y sorprendiendo rompiéndole el corazón a todas y cada unas de las personas que le querían.
Los deja solos y con un choque frontal mayor de el que el mismo suicida sufre, ya que los que se quedan aquí si que piensan y padecen. Buscan respuesta a sus miles de interrogantes sin respuesta y enloquecen sin saber el por qué.
Simplemente a los que quedamos aquí después de que un ser querido decidiera quitarse la vida sin pensar en que nosotros le queríamos y siempre estaríamos aquí para cuidarla porque queríamos y ahora nos damos cuenta de que necesitábamos escuchar el sonido de su voz y sentir su fuerza cerca para sentirnos enteros y felices.
Solamente espero que allí donde estén este tipo de personas estén mejor que aquí y que se arrepientan por lo menos una décima parte del dolor que sentimos los que aquí nos quedamos de el acto que cometieron y ante todo que a pesar del daño que hicieron ello sirviera para que su desesperación desapareciera.
Yo ;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario